Y bueno. Se terminó el mundial. Después de 6 meses de futbol como alimento, muchos sufrirán síndrome de abstinencia. Al menos durante un mes. De aquí a que comience la liga regular en México.
Desde hace casi un año, pero notoriamente desde enero para acá, todos desayunábamos, comíamos, cenábamos, y hasta nos echabamos unos tentempiés de futbol. Sin contar que lo bebíamos los fines de semana. Todos estabamos expectantes de conocer a los clasificados, los grupos, y, el 11 de Junio, celebrando que somos mexicanos (es curioso, tratándose de futbol, ahí si no hay malinchistas, o al menos es políticamente incorrecto serlo), comenzó el mundial. Un partido mediocre contra el anfitrión. Nada que hacer.
Hubieron juegos, muchos. Emociones, victorias, celebraciones, decepciones, etc. Junto con todo lo mencionado, mucho alcohol y botanas. Y esque es sorprendente que sábado a las 9 am hubiera gente tocando a tu puerta para ver el futbol en tu casa. Sin importar el desvelo y la cruda del viernes. ¿Y a quién le importó?, si ahí estaba la caguama mañanera.
La participación de la selección mexicana dejó mucho qué desear, pero pocos perdimos la esperanza. Hasta el trágico partido con Argentina, donde la derrota se hizo presente, y la verdad, algo humillante. De capa caída, cada uno tomó un nuevo favorito. Y, gracias al pulpo Paul, y algo de "villamelonismo", la conveniencia para muchos fue España.
Parece ser que en la final, era políticamente incorrecto expresarle apoyo a Holanda. Parece ser que la madre patria llamaba a muchos. No faltó el despistado que se fue al ángel a celebrarlo...
¿Y ahora qué haremos? Ya no hay futbol. Ya no tenemos tema. Tendremos que vivir nuestras aburridas vidas y buscar detalles para contarles a los demás. Poner atención, bueno.
Debo confesar que hasta hace un par de años no me gustaba el futbol. No sólo eso, me parecía estúpido el fanatismo. Que quede claro: No soy fanático. Pero lo veo. Y lo disfrito. ¿A qué se debió éste cambio?, es sencillo: yo bebo. Vamos, no soy alcohólico, ya que no dejo ninguna de mis "responsabilidades" por la actividad de consumir alcohol, y nunca me he embriagado yo solito. Pero consumo alcohol regularmente, cada fin de semana. Que para mi comienza el jueves.
Así que mi consumo de bebidas etílicas es el que me llevo al gusto por el futbol. No son las bebidas etílicas en sí, si no la convivencia que se genera a su alrededor, combinadas con futbol, resulta ser algo bastante gratificamente.
Yo propongo, a falta de futbol profesional, no nos queda mas que echar la cáscara, esperar a que comiencen las temporadas regulares, e ir recopilando información para que, ahora sí, en el mundial de Brasil, le atinemos a la quiniela y ganemos mucho dinero, y tal vez, hasta una televisión con la mas avanzada tecnología del momento...
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